Hamilton se sincera sobre la depresión: "La presión, el acoso"

Hamilton pudo volver a la senda de la victoria en 2024, ya que podría cruzar la línea de meta en primer lugar por primera vez desde el GP de Arabia Saudí de 2021, en su Gran Premio de casa, en Silverstone. Luego ganó también en Spa, tras la descalificación de George Russell. Su total asciende ahora a 105 victorias en 305 fines de semana disputados.

Ha declarado que ha luchado contra la salud mental durante toda su vida. "Depresión. Desde una edad muy temprana, cuando tenía unos 13 años. Creo que fue la presión de las carreras y la lucha en la escuela. El acoso escolar. No tenía a nadie con quien hablar", empezó diciendo, ya que a una edad temprana también experimentó racismo junto con acoso escolar.

El ahora siete veces campeón del mundo lo pasó mal en la escuela, ya que era tímido y tenía una dislexia no diagnosticada. "Hablé con una mujer, hace años, pero no fue de mucha ayuda. Hoy me gustaría encontrar a alguien".

Sin embargo, también subrayó que ahora está aprendiendo sobre el tema por sí mismo, y ahora ve el efecto que tuvo en él. "Estás aprendiendo sobre cosas que te han transmitido tus padres, notando esos patrones, cómo reaccionas ante las cosas, cómo puedes cambiarlas. Así que lo que podría haberme enfadado en el pasado ya no me enfada hoy. Soy mucho más refinado".

Sobre el fallecimiento de Senna en 1994

En el trágico fin de semana del Gran Premio de San Marino de 1994, hace 30 años, primero Rubens Barrichello tuvo un accidente horroroso el viernes, pero afortunadamente, el brasileño pudo salir de su coche. Sin embargo, el sábado, primero falleció Roland Ratzenberger, y un día después, el tricampeón del mundo Ayrton Senna tuvo un accidente mortal. Senna era el ídolo de Hamilton, y después de que pudiera igualar el número de poles del brasileño en el GP de Canadá de 2017, la familia de su héroe le regaló un casco de carreras.

"Estaba con mi padre, estábamos trabajando en el kart. Recuerdo que fui a la parte delantera y me puse a llorar, a llorar a moco tendido. No podía llorar delante de mi padre, él no era de esa clase de personas", contó el británico, que sólo tenía nueve años cuando ocurrió la tragedia.

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